¿Cómo funciona todo esto?

Simple. Voy a dormir y tengo un sueño, luego vengo y te lo cuento.

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Capitalismo de mierda

Otra vez en la universidad, era de noche y las luces estaban apagadas mientras se escuchaban voces provenientes de unas bocinas que no podía ver. Lock-down. Me encontré con algunos conocidos en mi desesperación por salir, todos parecían llegar tarde a sus clases y se quejaban de todo lo que estaba pasando. Entonces vi al Pops cerca de una salida y fui con él, tenía una cortada muy grande en la mano y se estaba cociendo la herida con un hilo atado a un anzuelo mientras me sonreía y me decía –Jerry, está bien jodido allá afuera. Salí por el sur y me agarraron a unos 20 metros de la puerta, ni pedo porque me pude escapar.–
En fin, decidí no salir y seguí deambulando por la universidad. Después de un rato me encontré a BdeM y me dijo que estaba asustada, se veía demacrada, sucia y su ropa estaba desgarrada casi por completo. Le dije que me podía acompañar y seguimos caminando por los pasillos. Al dar la vuelta por uno de ellos, llegamos a un lugar que parecía Soriana o Wal-Mart, probablemente era Wal-Mart, donde estaba lleno de gente desesperada que corría por todos lados. BdeM comenzó a balbucear mientras movía los ojos en todas las direcciones, todavía asustada. Decidí llevarla al área de comida para que se alimentara un poco y luego al área de revistas y películas para intentar relajarla. Comió como si no hubiera un mañana y me dijo que estaba cansada, cuando llegamos al área de películas, se sentó en un sillón y se durmió. Siendo yo como soy, me fui corriendo y procedí a explorar esta nueva tierra llena de posibilidades y desastres.
No pasó mucho tiempo antes de encontrar a alguien. Desde lejos me vio Chana y me comenzó a decir que estaba asustada ella también y necesitaba mi ayuda. Ni modo. Me siguió y me habló durante los siguientes 10 sueño-minutos mientras yo caminaba por los pasillos tratando de perderla, sin éxito. Entonces llegamos a una pantalla del tamaño de un elefante obeso, en ella habían imágenes que no tenían sentido alguno y abajo en el suelo, un hombre con traje rojo y corbata verde, sonrisa Colgate, peinado con gel hacia atrás y apariencia impecable, anunciando un producto inservible, tratando de venderle algo a la gente en tiempos de pandemónium y destrucción, capitalismo de mierda.
Chana no me dejaba de joder, era como ese mosquito que está en tu oído mientras duermes (ahora que lo pienso, probablemente eso era) y no te deja descansar. Me di cuenta que en frente de la pantalla gigante, atrás de nosotros, habían unos baños. Le ofrecí que entrara para que se refrescara un poco mientras ideé un plan increíblemente fantástico: "Yo entraré también al baño y me cambiaré para que no me reconozca." Me acerqué disimuladamente al baño y vi salir a un hombre sin cabello en la cara que me observo curiosamente antes de seguir su camino. Entré al baño. Era pequeño, tenía luces rotas y claramente no se había limpiado desde hacía varios meces; a la izquierda el lavabo y el espejo, a la derecha un mingitorio asqueroso y en el fondo un cubículo en donde me metí y batallé un poco para cerrar la puerta. Odio esas puertas. Volteé a ver mi nuevo entorno y me repugnó la idea de quedarme mucho tiempo ahí, así que procedí con mi cambio; sin embargo, justo cuando estaba sacando mis cosas de la mochila, me di cuenta de que en la pared del lado derecho del cubículo había un hoyo cubierto con una tabla. Quité la tabla y en el hoyo pude ver un cuerpo sentado en el suelo, sin pantalones, sangrando y con una bolsa de basura en la cabeza. Se comenzó a mover, gritar y llorar. Estatus: secuestrado, jodido. Pensando que yo no quería terminar como él, me salí corriendo del baño, mas al salir me encontré con el hombre sin cabello en la cara que me volteó a ver como si estuviera analizándome y de repente puso cara de sorpresa y enojo mientras se apresuró a entrar al baño. A correr.
Pasé varios pasillos hasta que encontré la salida del Wal-Mart y regresé a la universidad. Apenas estaba buscando una nueva aventura cuando unas trompetas se escucharon cerca de la entrada este. Mucha gente volteó y se acercó, incluyéndome, para ver de qué se trataba tanto ruido. Entró entonces una mujer vestida de princesa con la cara pintada de blanco, vestido antiguo y labios rojos como una manzana, seguida del tenor, un hombre corpulento con un sombrero negro, vestido de payaso, triste. Ella se sentó en una roca cercana a mí, por lo que pude observarla con mayor precisión. Cantaba y cantaba mientras el payaso la acompañaba, era un lamento largo y sincero. En sus ojos se admiraba la tristeza y el payaso seguía cantando con el sombrero en las manos.
Pensé que estaba viendo algo irreal de lo perfecto que era este canto. En medio de tanta desdicha, la princesa blanca y el payaso triste cantándonos en idiomas que no conocemos para personas que no lo merecemos. Se terminó el canto repentinamente y el payaso lloró.
Y entonces me desperté.

1 comentario:

Fernanda dijo...

Tengo que confesar que por un tiempo (quizás aún un poco) la palabra "capitalismo" me tenia con trauma... pues mi profesor cada clase hablaba de lo mismo... que joda!